A lo largo de la vida, el trabajo
abarca alrededor de 10,500 días—es decir, un tercio de esta.
Por ello, vale la pena vivirlo feliz y disfrutar la
mayor parte del tiempo. Pero, debemos saber que eso
depende de uno mismo, no de tener el trabajo ideal.
La buena noticia es que cambiando algunos hábitos o costumbres
adquiridas es posible disfrutar de la merecida
felicidad laboral.
